La monarquía absoluta intenta poner en marcha el sector, cuya capacidad se vio reducida a la mitad. El bombardeo fue reivindicado por los rebeldes hutíes de Yemen, que reciben respaldo de Teherán.
Por su parte, Amirali Hajizadeh, comandante de la rama aeroespacial de los Guardianes de la Revolución, la fuerza de élite de la República Islámica, advirtió sobre el riesgo de un conflicto armado. “Irán está preparado para una guerra total”, pero “ni nosotros ni los estadounidenses no queremos la guerra”, declaró Hajizadeh.
El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, se había referido anteriormente a un “ataque sin precedentes contra el suministro mundial de energía” y señalado a Irán. “Estados Unidos trabajará con sus socios y aliados para garantizar el suministro de los mercados energéticos y para que Irán rinda cuentas de su agresión”, añadió.
En tanto, en medio de temores a un inctemento brusco del precio del petróleo en los mercados internacionales, Arabia Saudita, primer exportador mundial de esa materia prima, se concentraba ayer en restablecer la producción en sus instalaciones.
Las explosiones del sábado causaron incendios en la planta de Abqaiq, la mayor en el mundo dedicada al tratamiento del petróleo, y en Jurais, donde hay un gran campo petrolero.
El portavoz del ministerio de Interior saudita, general Mansur Al Turki, declaró que los bombardeos no habían causado ninguna víctima.
Los rebeldes hutíes chiitas de Yemen, apoyados por Irán y que enfrentan desde hace cinco años una coalición militar liderada por Riad, reivindicaron estos ataques contra instalaciones del gigante estatal Aramco.
El príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, cuyo país es el gran rival regional de Irán, aseguró que Riad “quiere y puede” responder a esta “agresión terrorista”. Pero las represalias directas son “muy poco probables”, según el experto en Oriente Medio de la S. Rajaratnam School, James Dorsey.
Los rebeldes hutíes atacacaron en múltiples ocasiones la infraestructura energética saudita. Pero esta vez las consecuencias tuvieron otra envergadura: causaron una reducción brutal de la producción de 5,7 millones de barriles por día, es decir, alrededor de un 6% del suministro mundial. Esta disminución de la producción podría hacer tambalear la confianza de los inversores en Aramco, gigante petrolero que prepara su entrada a bolsa.
El régimen saudita quiere situar en el mercado bursátil alrededor de un 5% de su petrolera estatal en 2020 o 2021 y captar unos 100.000 millones de dólares, en lo que podría convertirse la mayor salida a bolsa de la historia.
El príncipe Abdulaziz bin Salmán, nombrado recientemente ministro de Energía, aseguró por su parte que la reducción sería compensada con las reservas.
Riad construyó cinco gigantescas instalaciones de reservas subterráneas en todo el país para poder almacenar decenas de millones de barriles de los diferentes productos petroleros refinados.
Fuente: Ambito