La figura de establecimiento permanente equipara un buque o una máquina a una sociedad independiente y facilita las inversiones en el país, pero falta reglamentación para la industria petrolera
La figura del establecimiento permanente de una empresa extranjera da la posibilidad de tratar una inversión como una sociedad independiente aunque sólo consista en un buque pesquero en la zona marítima exclusiva o en una máquina petrolera en Vaca Muerta, lo que trae aparejadas ventajas impositivas.
Si bien el alcance del establecimiento permanente está reglamentado para la industria pesquera, al afirmar que basta que un buque esté 90 días en el área dentro del año, no lo está para la actividad petrolera, indicaron Alejandra Sarni y Guillermo Poch de BDO Argentina, en la Semana del Management de IDEA.
Y precisamente al cuenca de shale oil y shale gas de Vaca Muerta es el único polo capaz de atraer inversiones al país en el corto y mediano plazo; los empresarios están preocupados por saber si el próximo gobierno va a continuar la senda iniciada por la reforma impositiva de 2017 con relación a los establecimientos permanentes.
“Es vital para la inversión extranjera el funcionamiento de establecimientos permanentes, que equiparan desde las sucursales hasta una máquina en el país, con sociedades, porque permiten calcula el costo impositivo definitivo de un proyecto“, dijo Sarni.
Existe establecimiento permanente cuando se tiene un lugar fijo de negocios, o sea cuando está en el país la sede de la dirección, una sucursal oficina, fábrica, taller o lugar de exploración de recursos naturales, indicó Poch.
“Hoy la participación de un agente en régimen laboral de home office puede dar lugar a la fijación de un establecimiento permanente”, aclaró Poch, de todos modos.
Una web o una cuenta bancaria no pueden considerarse lugares fijos de negocios, pero en cambio puede haber desplazamiento, como en el caso del barco o de un camión, precisó el especialista.
Según la ley argentina, se incluye en la definición de establecimiento permanente también una obra de construcción que se extienda por los menos 6 meses, y la prestación de servicios o de consultoría, también por ese lapso, puntualizó Poch.
Y añadió que, alineándose con la OCDE, el país admite establecimiento permanente cuando hay entrega reiterada de mercadería, porque la asimila a una venta.
Otras ampliaciones de la ley local sobre los convenios para evitar la doble imposición son concluir un contrato o cumplir un rol para ello, asumir riegos, accionar sujeto a instrucciones o control, y recibir remuneraciones, enumeró Poch.
En cambio no pueden constituir establecimiento permanente las actividades de marketing o back office, el mantenimiento en depósito, almacén y exposición.
Las rentas comprendidas en el Impuesto a las Ganancias son las empresarias de tercera categoría, no pueden ser utilidades pasivas, dijo Poch, y agregó que por lo tanto, un departamento en alquiler o a la explotación de una marca en el país no dan lugar a un establecimiento permanente.
En la legislación argentina se prevé que a los establecimientos permanentes se les atribuyan las utilidades cuando exista una “conexión efectiva con determinados bienes o recursos sometidos a riesgo”, indicó Poch.
Para que se pueda evitar la “fuerza de atracción” con respecto a rentas de la casa matriz, según la Ley de Impuesto a las Ganancias, es necesario que el establecimiento permanente “lleve contabilidad separada y escindidas” de esa sede, expresó el especialista.
Los convenios para evitar la doble imposición prevén una fuerza de atracción limitada de rentas de la casa matriz que se asemejan, pero esos instrumentos no pueden generar impuestos no previstos por la ley argentina, advirtió Poch.
Por su parte, Sarni concluyó que en el país no exige el establecimiento permanente virtual,definido como lugar con presencia digital significativa, ya que se está a la espera de más precisiones de la OCDE.