El hidrógeno ha sido llamado a ser el combustible del futuro por ser cero emisiones, siendo, junto a las mecánicas eléctricas de batería, una de las alternativas a los motores térmicos. Aunque, por el momento, las segundas se llevan la mayor parte del protagonismo en clave eco.
Y es que una de sus principales desventajas es su reducida rentabilidad, derivada del elevado precio de su proceso de extracción. Ahora, unos científicos canadienses podrían haber dado con la solución, gracias a un nuevo método de obtención aplicable en yacimientos de petróleo a coste muy reducido: de entre 0,9 y 45 céntimos por kilo de hidrógeno.
Con la descarbonización en el horizonte y los límites de emisiones fijados por la Unión Europea (UE), las marcas automovilísticas del Viejo Continente siguen dando el do de pecho para reducir los gases contaminantes en sus gamas. Pero la mayoría de las firmas se están centrando en dar salida a modelos electrificados de batería, así como a híbridos enchufables, quedando en segundo plano los de hidrógeno.
Pese a las ventajas que ofrece el hidrógeno respecto a las mecánicas electrificadas, que se acerca más en uso a los combustibles tradicionales gracias a su reducido tiempo de repostaje (similar al del diésel o la gasolina), autonomías de mayor rango (hasta 600 kilómetros) y a que no precisa de disponer de un enchufe de recarga en los hogares, los vehículos de hidrógeno en el mercado son pocos, y la mayoría están desarrollados por fabricantes asiáticos.
De hecho en Japón se está apostando, y se apostará aún más fuerte en los próximos años, por las mecánicas de hidrógeno, también conocidas como de pila de combustible, incentivando tanto su compra de cara a los usuarios, como a la instalación de hidrogeneras. No ocurre así en Europa, al menos, por ahora.
Y es que uno de los problemas que presenta esta tecnología es que aún es cara, lo que se refleja tanto en el coste por kilómetro (entre los 9,5 y 10 euros por kilogramo equivalentes a 100 kilómetros de autonomía), como en el precio de los modelos de hidrógeno, ambos derivados del elevado coste en la producción del hidrógeno.
Pero unos científicos de la Universidad de Calgary (Alberta, Canadá), podrían haber encontrado la medicina perfecta para los obstáculos que presenta a día de hoy el hidrógeno mediante un método de extracción que han presentado en la Goldschmidt Geochemistry Conference, cuya edición de este 2019 se está celebrando en Barcelona.
Convertir los yacimientos de petróleo en productores de hidrógeno
Los estudiosos de esta universidad canadiense han patentado un nuevo proceso para extraer hidrógeno de los yacimientos existentes de arenas petrolíferas. Según han descubierto estos investigadores, si se inyecta oxígeno en los pozos de petróleo, se produce una reacción que eleva la temperatura y libera hidrógeno. Así, y mediante filtros especializados, este gas puede separarse de otros, y dicho procedimiento no presenta elevados costes.
Además de la evidente ventaja económica de este proceso de extracción del hidrógeno, se suma el hecho de que los actuales pozos de petróleo, se pueden convertir en productores de hidrógeno mediante este sistema. Es decir, se pueden aprovechar las infraestructuras existentes de petróleo, incluso aquellas abandonadas, que pasarían a producir combustible en clave eco. Lo que asimismo supone un ahorro.
Para dar salida a este procedimiento a nivel operativo, los científicos se han aliado con Proton Technologies, que aseguran haber obtenido elevadas cantidades de hidrógeno mediante este sistema.
“Esta técnica puede extraer grandes cantidades de hidrógeno y dejar el carbono en el suelo. Cuando se trabaje a nivel de producción, anticipamos que podremos usar la infraestructura y cadenas de distribución existentes para producir hidrógenopor entre 10 y 50 centavos por kilo. Esto se traduce en que, potencialmente, cuesta sólo una parte en comparación a la producción equivalente de gasolina”, explica Grant Strem, CEO de Proton Technologies, según recoge Phys.org.
Si llevamos esta cifra anunciada por Proton Technologies a euros, estaríamos hablando de que este método permitiría obtener hidrógeno a un coste de entre 0,9 y 45 céntimos por kilo. Comparado con la cifra actual de extracción del hidrógeno, 1,8 euros por kilo, se traduciría en un ahorro de hasta el 75 %, si tomamos como referencia el supuesto más caro anunciado.
¿Se viene la democratización de la pila de combustible?
Sin embargo, y a falta de que se confirme la eficacia y bajo coste de este procedimiento, también quedaría por solucionar la volatilidad y peligrosidad de este gas, otra de las trabas que ha llevado a los fabricantes en dejar esta tecnología en segundo plano.
Pese a ello, marcas asiáticas como Toyota señalan a las mecánicas de hidrógeno como el futuro. No en vano, la firma nipona fue una de las primeras en desarrollar motores de pila de combustible, aunque Honda fue la primera en lanzar un modelo de estas características al mercado: el FCX Clarity, que llegó en 2008.
Le siguió el Toyota Mirai, que ha sido el primer coche de pila de combustible comercializado a nivel global, y que actualmente se vende en Japón, en el estado de California (EE.UU.), y en algunos países europeos como Alemania, Dinamarca, Bélgica o Reino Unido, que cuentan con una infraestructura mayor en relación a otros estados del Viejo Continente.
En lo que toca a España, a día de hoy sólo disponemos en el mercado de un automóvil alimentado por hidrógeno, el Hyundai Nexo, que fue lanzado en el último trimestre el año pasado. Su precio parte de los 69.000 euros y tiene una autonomía de 666 km. También Kia tiene sobre la mesa dar salida a un rival primo hermano del Nexo, aunque su luz verde definitiva estará supeditada a que crezca la demanda de estas mecánicas en Europa.
Por su parte, y pese a que se está dando prioridad a las mecánicas electrificadas de batería, hay marcas europeas que están dando tímidos pasos en la pila de combustible. Es el caso de Mercedes-Benz con el GLC F-Cell, un híbrido enchufable de hidrógeno. De igual manera, BMW ha anunciado que planea lanzar en 2025 su primer retoño de hidrógeno, mientras que Audi prevé estrenarse en la pila de combustible en 2020.
¿Supondrá este nuevo sistema de extracción del hidrógeno el impulso que necesitaba la pila de combustible para abrir camino a su democratización definitiva?
Fuente: Motorpasion