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FUE CONTRATADO POR YPF EL AÑO PASADO

Mientras el gobierno apuesta al desarrollo de los hidrocarburos no convencionales para dejar atrás la restricción externa, el tecnólogo Ignacio Peña cuestiona cotidianamente esta decisión desde las redes sociales. Considera que el petróleo es “el excremento del diablo”

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, debe lidiar dentro de su familia con uno de los opositores más feroces de Vaca Muerta. Mientras el gobierno apuesta al desarrollo de los hidrocarburos no convencionales para dejar atrás la restricción externa, el tecnólogo Ignacio Peña, hermano del funcionario, cuestiona cotidianamente esta decisión desde las redes sociales y se muestra dispuesto a polemizar con quien haga falta. “Propongo un debate público a cualquier CEO del petróleo o funcionario: ¿Vaca Muerta debería ser el eje central de nuestra estrategia energética y nuestra mayor esperanza económica? Yo digo todo lo contrario. Lo hacemos en una universidad con streaming. El que calla otorga”, escribió el 7 de junio en un tweet que luego fijó al tope de su timeline.

Lo más llamativo de esta historia es que la petrolera YPF, que día a día busca generar las condiciones para avanzar con el desarrollo de Vaca Muerta, contrató el año pasado a Ignacio Peña para organizar y conducir un viaje a Silicon Valley para el Consejo Ejecutivo de la compañía y luego para ayudar “a definir un propósito de transformación masiva, una versión moderna de la visión de la empresa”, como explicó el propio Peña, lo que evidencia al menos cierta incongruencia al interior de la petrolera.

Su paso por YPF

La contratación de Peña fue revelada por el diario Perfil el 2 de septiembre del año pasado. Allí se detalló que YPF armó una compulsa para organizar el viaje a Silicon Valley de la que participaron el IAE (Universidad Austral), Ignacio Peña y otro especialista que no fue identificado. El IAE presupuestó un costo por persona de US$ 11.300 por 2,5 días de actividad, el oferente que permaneció en el anonimato presentó un costo por persona de US$ 26.132 por dos días de actividad, mientras que Peña elevó una propuesta con un costo de apenas US$ 4.048,67 por persona por 5,5 días de actividad y se quedó con el contrato.

“Como sabía que mi contratación tenía que ser intachable y mi objetivo central era producir un cambio positivo, hice una propuesta con un precio más bajo de lo que se encuentra en el mercado y de lo que practico normalmente”, contó Peña a Perfil. “Además, tomé un resguardo adicional: si no estaban 100% satisfechos con el resultado, el trabajo sería gratis”, agregó. Luego del viaje, la petrolera armó 16 proyectos en su área de innovación y Peña fue contratado para seguir colaborando en la “modernización” de la empresa. “Actualmente estoy ayudando a YPF a definir un propósito de transformación masiva, una versión moderna de la visión de la empresa, pero con foco en producir un cambio positivo en la sociedad”, declaró Peña, quien luego de la publicación de la nota subió a Medium las respuestas completas que le había enviado al diario.

Perfil le preguntó si había cobrado un adicional por aquel otro trabajo. “Dado el momento que vive el país y el significado del proyecto, hace casi dos meses le informé por escrito a YPF que no tengo intención de facturar el trabajo y pedí que en vez de pagarme dirijan esos fondos a la Fundación de YPF para que se usen para algún proyecto innovador con foco en chicos y chicas de bajos recursos. El management insiste en pagarme porque considera que es lo justo, lo cuál es noble por parte de ellos, y yo insisto en no cobrar. Es una negociación bastante poco común”, aclaró Peña. Según pudo saber este medio, quien promovió su contratación fue el director de Marketing la compañía, Carlos Menéndez Behety, un egresado del cardenal Newman y la Universidad de San Andrés que ingresó hace dos años a YPF.

EconoJournal le preguntó este jueves a Ignacio Peña si sigue vinculado a YPF actualmente. “Este año nada”, respondió el hermano del jefe de Gabinete. A su vez, aclaró que los honorarios que recibió el año pasado por su participación en el proyecto destinado a impulsar una transformación de la empresa los donó a fundaciones que trabajan con personas en situación de calle y en la educación de gente de bajos recursos.

-¿Habla con su hermano sobre Vaca Muerta? Porque el gobierno es un ferviente defensor del desarrollo de esa formación y usted un crítico muy duro sobre esa decisión. Deben ser charlas acaloradas. –le preguntó EconoJournal.

-Sí. El escucha con una paciencia y una tolerancia impresionantes. Pero no basta que solo yo lo diga. Es una falla colectiva. Tenemos dificultad para pensar el largo plazo. –respondió.

Sus ideas sobre Vaca Muerta  

Ignacio Peña está convencido desde hace ya varios años de que promover el desarrollo masivo de Vaca Muerta es un error. “Si Vaca Muerta prospera lo más probable es que tarde o temprano veremos que se trata de una victoria pírrica, que resulta en populismo y rentismo, debilitamiento de las instituciones, estrangulamiento de otros sectores, mayor dependencia de materias primas, disputas distributivas, pérdidas de competitividad, etc.”, destacó en un artículo titulado “¿Qué pasa si avanza la Gran Vaca Muerta?”, publicado en Medium el 16 de mayo. Peña no es el único que hace este tipo de planteos, pero sí es el único entre los que piensan de ese modo que fue contratado por YPF para “definir una versión moderna de la visión de la empresa”.

Esa incongruencia se revela también en el hecho de que la conducción de YPF viene promoviendo una terminal para exportar gas de Vaca Muerta, algo que Peña considera un grave error. “La pregunta que deberíamos hacernos es si es aconsejable avanzar con el proyecto para tornarnos grandes exportadores de petróleo y gas. Eso demandará pesadas inversiones de decenas miles de millones de dólares en pozos, rutas, trenes, oleoductos, polos petroquímicos, gasoductos, plantas separadoras, plantas para la liquidificación del gas, etc. Todo indica que eso solo puede transformar algo que es necesario a corto plazo en un fracaso enorme o incluso un suicidio para nuestra nación”, señaló en el mismo artículo. 

Para Peña hay otras oportunidades más prometedoras “como la construcción de una economía innovadora basada en el conocimiento y el desarrollo de las energías renovables, las baterías de litio, los vehículos eléctricos y la energía nuclear”. Su rechazo al desarrollo de las energías fósiles es tan claro que en ese mismo artículo hizo suya la frase del ex ministro de Energía de Venezuela, Juan Pablo Pérez Alfonso, quien en 1975 llamó al petróleo “el excremento del diablo”.

En otro artículo del 22 de junio, titulado “Dinolandia y el Acuerdo de París”, Peña asegura que el plan para desarrollar Vaca Muerta es incompatible con el cuidado del medio ambiente. “¿Cómo nos verá la comunidad internacional si aumentamos nuestras emisiones y nos aferramos a la energía del pasado mientras otros países las reducen y aceleran su transición energética? ¿Cómo explicaremos a nuestros hijos y a nuestras conciencias esta irresponsabilidad monstruosa?”, afirma Peña. En ese mismo texto es aún más explícito al asegurar que “la Argentina está embarcada en la construcción de Dinolandia, una nación exportadora de petróleo y gas. Se trata de una tierra peligrosa, parecida a Jurassic Park: cara, llena de dinosaurios, creada por codicia, que terminará abandonada luego de dañar a muchos inocentes”. 

Fuente: Econojournal